SEGUNDO NIVEL, 6° CLASE
Jesús nos enseña a
amar sin distinción
En los últimos días de Su
ministerio terrenal, Jesús dio a Sus discípulos lo que Él llamó “un mandamiento
nuevo” (Juan 13,34). Ese mandamiento, que repitió tres veces, era sencillo pero
difícil: “Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado” (Juan 15,12;
véase también el versículo 17). La enseñanza de amarse los unos a los otros
había sido una enseñanza esencial del ministerio del Salvador. El segundo
grande mandamiento era “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22,39).
Jesús incluso enseñó: “Amad a vuestros enemigos” (Mateo 5,44). Pero el
mandamiento de amar a los demás tal como Él había amado a Su rebaño fue para
Sus discípulos y lo es para nosotros un desafío singular, “el amor es la esencia misma del Evangelio, y
Jesucristo es nuestro ejemplo. Su vida fue un legado de amor”
¿Por qué es tan difícil
sentir amor cristiano los unos por los otros?
Es difícil porque debemos
vivir entre aquellos que no comparten nuestras creencias, valores y
obligaciones de los convenios. En Su gran oración intercesora, que hizo poco
antes de Su crucifixión, Jesús oró por Sus seguidores: “Yo les he dado tu
palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy
del mundo” (Juan 17,14). Después, suplicó al Padre: “No ruego que los quites
del mundo, sino que los guardes del mal”
Características del amor que
Cristo nos enseña:
1. Ser el primero en amar
El amor de Dios, de Jesús,
con el don de su Espíritu, ha sembrado en nuestros corazones es un amor
completamente gratuito. Ama sin interés, sin esperar nada a cambio. No ama
solamente porque es amado, o por otros motivos incluso buenos, como la amistad
humana. No se para a mirar sí el otro es amigo o enemigo, sino que es el
primero en amar, tomando la iniciativa.
2. Amar a todos
Para que resplandezca el
amor que viene de Dios, hemos de amar a todos, sin excluir a nadie. «Para que
seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y
buenos...» (Mt 5, 45). Estamos llamados a ser pequeños soles junto al Sol del
Amor que es Dios. Y entonces todos son destinatarios de nuestro amor.
3. Amar a los enemigos
Un distintivo muy
especial del amor cristiano es el amor a los enemigos, incomprensible a menudo
para quien no cree.
Un día un carcelero me
preguntó:
— ¿Usted nos ama?
— Sí, os amo.
— Pero nosotros le hemos
retenido en prisión muchos años, sin juicio, sin condena, ¿y nos ama? ¡Es
imposible! ¡No será de verdad!
— Yo he estado muchos
años con usted, y usted lo ha visto, es verdad.
— Cuando salga libre, ¿no
enviará a sus fieles a quemar nuestras casas, a matar a nuestros familiares?
— No; aunque queráis
matarme, yo os amo.
— Pero ¿por qué?
— Porque Jesús me ha
enseñado a amar a todos, incluso a los enemigos. Si no lo hago, no soy digno de
llamarme cristiano.
— Es muy hermoso, pero
difícil de entender.
4. Amar dando la propia
vida
Jesús es Dios, y su amor
no puede ser sino infinito como Dios. No es un amor que da algo; se da a sí
mismo: «Habiendo amado a los suyos..., los amó hasta el extremo» (Jn 13, 1).
«Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos» (Jn 15, 13).
5. Amar sirviendo
En una grandísima mayoría
de casos, el «dar la vida» que nos pide Jesús no se cumple derramando sangre,
sino en la vida diaria, en muchos pequeños detalles, poniéndonos al servicio de
los demás, incluso de aquellos que, por algún motivo, pueden parecer
«inferiores» a nosotros.
🙏🙏🙏
ResponderBorrarPor favor de este día no enviaron compromiso?
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