CON OLOR A OVEJA

 


Un peregrino entre peregrinos

Nativo de Caracas, como precisa la biografía, Mario del Valle Moronta Rodríguez quería insertarse desde el principio en los montes y valles andinos. Sabía que el Santo Cristo y Nuestra Señora de Consolación eran los dos íconos fundamentales en la vida de fe y de la Iglesia de este pueblo. Por eso pidió iniciar su peregrinación en La Grita y Táriba, antes de entrar por vía terrestre a San Cristóbal, como una manera de ofrecer al Rostro Sereno y a María del Táchira su ministerio episcopal. Así lo hizo, desde El Delgadito y Pueblo Hondo Encima hasta la plaza Juan Maldonado.

El 18 de junio de 1999, durante la toma de posesión, acompañado por el hoy cardenal Porras.

El 18 de junio de 1999, día viernes, tomó posesión de la Diócesis de San Cristóbal. Obispo, del latín episcŏpus, traduce ‘inspector’, ‘supervisor’. No fue ese el tono de aquella homilía, en la que más bien dijo que venía al Táchira “con la conciencia del sacerdote pastor que debe conocer a sus ovejas y, ante todo, dejarse conocer por ellas”.

 

Más de dos décadas, al repaso de aquella proclama, Moronta renueva que ese ha sido su objetivo y que sigue tratando de cumplirlo:

 

—Nunca me he sentido extraño en esta tierra. Aunque nací en Caracas y trabajé principalmente en el estado Miranda, cuando llegué a esta Diócesis venía con la intencionalidad de hacerme tachirense con los tachirenses. He intentado hacerlo y es mi compromiso continuar haciéndolo —se confiesa el hombre de 70 años.

 

Hace 22 años, al celebrar por primera vez las fiestas de ambos patronos regionales, tomó contacto con una realidad que aprecia por hermosa: la de los peregrinos. Con el tiempo motivó una mejor organización pastoral para la participación en ambas manifestaciones de religiosidad propias de los tachirenses. Con la ayuda de los sacerdotes y de muchos laicos, ha sido motor e impulso de estas masivas peregrinaciones que ahora distinguen al Táchira ante el mundo.



El nombramiento fue hecho público por la Nunciatura Apostólica en Venezuela, a través de una comunicación el 14 de abril de 1999: “Su Santidad Juan Pablo II ha nombrado Obispo de la Diócesis de San Cristóbal de Venezuela (Edo. Táchira) al Exmo. Mons. Mario del Valle Moronta Rodríguez”, quien estaba desarrollando su labor pastoral en la Diócesis de los Teques, Estado Miranda.   

La designación del nuevo Obispo llenó de esperanza y expectativas a los miembros de la Iglesia del Táchira, que durante algunos meses fue administrada apostólicamente por el Arzobispo de Mérida, monseñor Baltazar Porras. 

El primer mensaje que emitiera monseñor Mario Moronta, como Obispo electo de San Cristóbal, fue  a través del Diario Católico en la edición del 23 de abril de 1999. Publicado en primera página el escrito a puño y letra del nuevo Pastor de los tachirenses.

“Desde el mismo momento que recibí la noticia de mi nombramiento como Obispo de San Cristóbal los he tenido a todos muy presentes en mi oración. Voy a San Cristóbal con ilusión de pastor y con el gran deseo de servir a todos con dedicación y sencillez”, decía saludo del Obispo a su nuevo rebaño.

Los actos eminentemente religiosos de la llegada de monseñor Mario Moronta al Táchira comenzaron el 17 de junio de 1999, ingresando a las montañas del Municipio Jáuregui para encontrase con la imagen milagrosa del Santo cristo de La Grita.

En la Basílica del Espíritu Santo, y ante la imagen del Santo Cristo el Obispo encomendó a Dios su episcopado en el Táchira, mirando el rostro sereno del crucificado y proclamó vehementemente: “al besar el suelo de este templo, lo he querido hacer para reafirmar mi disponibilidad de encarnarme entre ustedes, siguiendo el ejemplo máximo de Jesucristo, Sumo y Eterno, Sacerdote”.

Durante su recorrido por las aldeas de La Grita, El Cobre y Cordero, el Obispo Moronta recibida el cálido saludos de los tachirenses, entre aplausos, cantos, abrazos, y oraciones.

Ese mismo día también monseñor Moronta celebró la misa –en horas de tarde- en la Basílica de Nuestra Señora de la Consolación en Táriba. Implorando a la Virgen de la Consolación su intercesión por el trabajo pastoral que comenzaba hace 20 años: “encomiendo mi ministerio de servidor y testigo, pastor y profeta, hermano y obispo de todos ustedes”, dijo.

El acto de toma de posesión de la Diócesis de San Cristóbal se efectuó el 18 de junio de 1999, en el atrio de la Catedral con la participación del Nuncio Apostólico, obispos, sacerdotes, fieles, y la presencia de las autoridades nacionales, regionales y municipales.

Fue un gran acontecimiento noticioso en Venezuela; en el Táchira las autoridades lo declararon como “Día de Jubilo” para dar la bienvenida al nuevo Obispo. 


           

Al tomar posesión como V Obispo del Táchira, Monseñor Moronta, en esa ocasión expresó: “vengo al Táchira, a la Diócesis de San Cristóbal, no como forastero de paso, sino como el peregrino que quiere hacerse tachirense con los tachirenses”.

Desde el comienzo de su episcopado, se ha preocupado por fortalecer la pastoral y comunión sacerdotal; la atención al Seminario Santo Tomás de Aquino impulsando su pastoral vocacional; y fortalecer la formación de los laicos.

Son innumerables los frutos pastorales, espirituales, y de evangelización que se podrían mencionaran del episcopado de monseñor Mario Moronta en el Táchira, pero entre sus dedicados esfuerzos se puede mencionar: la propuesta del proyecto pastoral “parroquia participativa, comunidad de comunidades”; la implementación del proyecto educativo del seminario; fortalecimiento de la pastoral educativa con los colegios parroquiales, el Instituto Universitario Eclesiástico Santo Tomás de Aquino y la Universidad Católica del Táchira; la renovación de los diversos métodos pastorales y catequéticos; y la innovación de las diversas instituciones eclesiales, entre ellas el Diario Católico con el conjunto medios radiofónicos que apoyan la pastoral de la comunicación. Y la realización del II Sínodo Diocesano que ha dado espíritu, sentido y orientación a la vida eclesial en esta Iglesia local.

Sin duda a alguna, luego de 22 años la Diócesis de San Cristóbal puede afirmar que realmente su Obispo, es el peregrino que se hizo tachirense con los tachirenses. Pues, monseñor Moronta -como pastor con olor a oveja- ha sabido entender el pensamiento, los sentimientos, la idiosincrasia de un pueblo rico en fe y cordialidad; para pastorearla al encuentro con la Palabra de Cristo que predica con sus pedagógicas homilías y sus caritativas acciones.



La Diócesis de San Cristóbal celebra 22 años de la actividad pastoral de su V Obispo, y lo hace: “pa’ adelante en nombre del Señor”, como lo dice frecuentemente monseñor Mario Moronta, con la mirada en el fortalecimiento de una “Iglesia en espíritu y verdad” que el 2022 celebrará su Centenario. ¡Que Dios siga bendiciendo al V Obispo del Táchira!

El programa Eclesial IGLESIA DOMESTICA fue dirigido por el Grupo de Apostolado EMAUS, con los hermanos Juliana Chacòn y Franber Carvajal.

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