LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA
La Iglesia, Templo del Espíritu Santo
«En efecto, es a la
misma Iglesia, a la que ha sido confiado el "don de Dios" [...] Es en
ella donde se ha depositado la comunión con Cristo, es decir, el Espíritu
Santo, arras de la incorruptibilidad, confirmación de nuestra fe y escala de
nuestra ascensión hacia Dios [...] Porque allí donde está la Iglesia, allí está
también el Espíritu de Dios; y allí donde está el Espíritu de Dios, está la
Iglesia y toda gracia»
El Espíritu Santo es
"el principio de toda acción vital y verdaderamente saludable en todas las
partes del cuerpo" (Hch 20, 32), por el Bautismo mediante el cual forma el
Cuerpo de Cristo (cf. 1 Co 12, 13); por los sacramentos que hacen crecer y
curan a los miembros de Cristo; por "la gracia concedida a los
apóstoles" que "entre estos dones destaca" , por las virtudes
que hacen obrar según el bien, y por las múltiples gracias especiales [llamadas
"carismas"] mediante las cuales los fieles quedan "preparados y
dispuestos a asumir diversas tareas o ministerios que contribuyen a renovar y construir
más y más la Iglesia".
Los carismas
Extraordinarios o
sencillos y humildes, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que tienen
directa o indirectamente una utilidad eclesial; los carismas están ordenados a
la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del
mundo.
Los carismas se han de acoger con
reconocimiento por el que los recibe, y también por todos los miembros de la
Iglesia. En efecto, son una maravillosa riqueza de gracia para la vitalidad
apostólica y para la santidad de todo el Cuerpo de Cristo; los carismas
constituyen tal riqueza siempre que se trate de dones que provienen
verdaderamente del Espíritu Santo y que se ejerzan de modo plenamente conforme
a los impulsos auténticos de este mismo Espíritu, es decir, según la caridad,
verdadera medida de los carismas (cf. 1 Co 13).
Por esta razón aparece
siempre necesario el discernimiento de carismas. Ningún carisma dispensa de la
referencia y de la sumisión a los pastores de la Iglesia. "A ellos compete
especialmente no apagar el Espíritu, sino examinarlo todo y quedarse con lo
bueno", a fin de que todos los carismas cooperen, en su diversidad y
complementariedad, al "bien común".
Resumen
"Cristo Jesús se
entregó por nosotros a fin de rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí
un pueblo que fuese suyo".
"Vosotros sois
linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido" (1 P 2,
9).
Se entra en el Pueblo
de Dios por la fe y el Bautismo. "Todos los hombres están invitados al
Pueblo de Dios" (LG 13), a fin de que, en Cristo, "los hombres
constituyan una sola familia y un único Pueblo de Dios"(AG 1).
La Iglesia es el Cuerpo
de Cristo. Por el Espíritu y su acción en los sacramentos, sobre todo en la
Eucaristía, Cristo muerto y resucitado constituye la comunidad de los creyentes
como cuerpo suyo.
En la unidad de este
cuerpo hay diversidad de miembros y de funciones. Todos los miembros están
unidos unos a otros, particularmente a los que sufren, a los pobres y
perseguidos.
La Iglesia es este
Cuerpo del que Cristo es la Cabeza: vive de Él, en Él y por Él; Él vive con
ella y en ella.
La Iglesia es la Esposa
de Cristo: la ha amado y se ha entregado por ella. La ha purificado por medio
de su sangre. Ha hecho de ella la Madre fecunda de todos los hijos de Dios.
La Iglesia es el Templo
del Espíritu Santo. El Espíritu es como el alma del Cuerpo Místico, principio
de su vida, de la unidad en la diversidad y de la riqueza de sus dones y
carismas.
«Así toda la Iglesia
aparece como el pueblo unido "por la unidad del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo" ».
La acción evangelizadora de la Iglesia es posible gracias a la asistencia del espíritu Santo, pues la tercera persona divina de la Santísima Trinidad es la que hace posible la unidad entre los Cristianos y a la vez les fortalece con la gracia, el carisma y los dones que él mismo infunde en los corazones de los creyentes en el evangelio de Cristo. hoy los integrantes del ministerio de la Palabra, nos hablan sobre su acción en la vida de la Iglesia, los Lectores instituidos: Alexander Rios y Alexis Guarin llevaron a cabo la enseñanza del día de hoy en la Emisora Admirable Stereo 106.1 fm en el programa eclesial Iglesia Doméstica, en el horario de las 9:00 am
También puedes sintonizar este programa eclesial Iglesia Doméstica por online
https://admirable.radio12345.com/
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