II Domingo del Tiempo Ordinario

 

En la Basílica Menor de San Antonio de Padua en San Antonio del Táchira se celebró el segundo Domingo del Tiempo ordinario, dando gracias a Dios por podernos reunir en este día, en esta semana de flexibilización, se contó con todo equipo de protocolo y de bio-seguridad.

El Rector Pbro.  Reinaldo  Contreras, presidió la celebración de la Eucaristía  




Homilía de la celebración en el día de hoy:  

La  liturgia nos presenta este domingo en el Evangelio, el encuentro de Jesús con sus dos primeros discípulos. 

      Jesús pasa, Juan el Bautista lo señala. Una mirada que se hace en seguida confesión. “Este es el Cordero de Dios”…Es importante esa mirada y esa confesión del Bautista, sin las cuales aquellos dos discípulos no habrían sabido quién era Jesús que pasaba ni habría sucedido todo lo que aconteció tras su paso. El Bautista simplemente miró, señaló y confesó… El resto lo hizo Dios.

REFLEXIÓN. Una señora decía tener un problema de audición y cada vez que se reunía con sus amigas tenía que preguntarles de qué hablaban.

Un día decidió ir al especialista del oído para hacerse un examen. El doctor le dijo que tenía los medios más modernos pero que iba a usar el medio tradicional. Sacó su reloj del bolsillo y le preguntó si podía oír el tictac del reloj. Por supuesto, lo oigo muy bien, le contestó. El doctor se alejó unos siete metros y, de nuevo, le preguntó si seguía oyendo el tictac. Sí todavía lo puedo oír, contestó. El doctor salió del despacho y le preguntó: ¿y ahora oye el tictac? Sí, lejano, pero lo oigo.

El doctor se sentó frente a la señora y le dijo: Su problema no es de audición. Su problema es de escucha. Usted no sabe escuchar.

Dios no te deja mensajes en la grabadora ni te envías whatsapp  ni emails ni sabe el número de tu celular pero Dios sabe tu nombre y te llama por tu nombre. Te dijo un día en tu bautismo: Ricardo,…  tú eres mi hijo, yo te quiero. Y te lo sigue diciendo también hoy.

Ya sé lo que estás pensando. Yo sí que conozco el canto del grillo y distingo la bachata del merengue y distingo el acento español  del venezolano  y reconocería su voz entre miles de voces pero la voz de Dios, eso sí que no. Nunca hemos cruzado palabra. Dios no habla como yo, pero habla. Dios no llama a la puerta de los apartamentos, de las casas como yo, pero llama a la puerta de tu corazón. Y es que Dios no está en la superficie de las cosas, de las palabras o de las miradas, Dios está en la profundidad de tu vida y de tu ser. Ahí has de encontrar su voz, su llamada y su amor. En la profundidad.

Dios llamó al joven Samuel cuatro veces mientras dormía. Y como no conocía la voz de Dios fue a Elí, el sacerdote, y le dijo: "Aquí estoy, ¿para qué me llamaste? Era la única voz que conocía y quería ponerse a su disposición. Elí le dio esta consigna, si vuelves a ser llamado contesta: "Habla, Señor, que tu siervo escucha". Samuel creció y el Señor estaba con él. Y todo lo que el Señor le decía se cumplía:"  contraseña. 4

Primera. Deja hablar a Dios.

Dios sí habla y Todo habla de Dios. No ahogues ni apagues la voz de Dios con tus excusas, con tus mentiras, con tus discursos, con tus pecados. ¿Verdad que a veces hablamos y hablamos para impedir que el otro hable? No nos interesa escuchar su versión. Muchas veces nosotros le tapamos a Dios la boca con nuestra palabrería, con nuestro cumplimiento externo, y rutinas religiosas. No le tapes la boca a Dios. Déjale hablar.

Segunda Consigna. Haz silencio y escucha

El que busca el dinero conoce su voz y su color. Sufre y lucha por conseguir más y más. El que busca el placer y la diversión conoce su voz, su calor y sabe dónde encontrarlo. El que tiene una necesidad remueve cielo y tierra hasta solucionarla. El que tiene hambre de la Palabra de Dios, hace silencio y escucha al Dios que habla. Habla, Señor, que tu siervo escucha. Apaga la radio, la televisión, la música... haz silencio y busca en tu interior hasta encontrar la imagen y la voz de Dios en tu profundidad.

Tercera. Ten valor

La llamada de Dios, tal vez, quiere cambiar el rumbo de tu vida. Dicen que las dos palabras que la gente quiere oír son: te quiero. Te amo.  Ten valor para escuchar el veredicto de Dios, es fantástico.

Cuarta. Necesidad de la mediación

Necesidad de un guía espiritual. Samuel dejó hablar a Dios, escuchó, obedeció a Elí, su guía, obedeció a Dios. En el evangelio, Juan Bautista es el guía espiritual, el mediador, el que señala a Dios. "Éste es el Cordero de Dios". Los discípulos de Juan oyen sus palabras y siguen a Jesús. Las palabras de Juan encaminan a Jesús. ¿Nuestras palabras, nuestro testimonio, encaminan a los demás a Jesús? ¿Transparentas a Jesús con tu vida? Los discípulos realizan un bellísimo camino espiritual, evidenciado por los verbos “oyeron, siguieron, vieron, se quedaron”. ¿Deseas, comenzar esta bella aventura con Jesús? ¿Tienes los oídos abiertos para oír, para escuchar con profundidad y así también poder dar la misma respuesta positiva al Amor del Padre que desea llegar a ti? ¿Tienes los ojos del corazón abiertos como para ver lo que realmente sucede dentro de ti y a tu alrededor, y para reconocer en cada acontecimiento la presencia del Señor?.

 QUE SAN ANTONIO DE PADUA NUETRO PATRONO Y LA VIRGEN DE LA LUZ NOS AYUDE A SER FIELES TESTIGO DE ESTE MENSAJE. AMEN.

Al finalizar la celebracion de la Eucaristía, en memoria del Padre Roberto Arellano se canto un responso:


 




La transmisión de la Misa fue llevada por las Emisoras 105.5 Fm; Admirable Stereo 106.1

tambien puedes seguirlas por via online: 

admirable.radio12345.com

fiesta1055fm.radio.com

basilicasan

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