CONOZCAMOS MÁS NUESTRA IGLESIA
La Iglesia, a la vez visible y
espiritual
"Cristo,
el único Mediador, estableció en este mundo su Iglesia santa, comunidad de fe,
esperanza y amor, como un organismo visible. La mantiene aún sin cesar para
comunicar por medio de ella a todos la verdad y la gracia". La Iglesia es
a la vez:
«sociedad
[...] dotada de órganos jerárquicos y el Cuerpo Místico de Cristo; El grupo visible
y la comunidad espiritual; La Iglesia de la tierra y la Iglesia llena de bienes
del cielo».
Estas
dimensiones juntas constituyen "una realidad compleja, en la que están
unidos el elemento divino y el humano"
Es
propio de la Iglesia «ser a la vez humana y divina, visible y dotada de
elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente
en el mundo y, sin embargo, peregrina. De modo que en ella lo humano esté
ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la
contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos»
«¡Qué
humildad y qué sublimidad! Es la tienda de Cadar y el santuario de Dios; una
tienda terrena y un palacio celestial; una casa modestísima y una aula regia;
un cuerpo mortal y un templo luminoso; la despreciada por los soberbios y la
esposa de Cristo. Tiene la tez morena pero es hermosa, hijas de Jerusalén. El
trabajo y el dolor del prolongado exilio la han deslucido, pero también la
hermosa su forma celestial
La Iglesia, misterio de la unión de
los hombres con Dios
En
la Iglesia es donde Cristo realiza y revela su propio misterio como la
finalidad de designio de Dios: "recapitular todo en Cristo" (Ef 1,
10). San Pablo llama "gran misterio" (Ef 5, 32) al desposorio de
Cristo y de la Iglesia. Porque la Iglesia se une a Cristo como a su esposo (cf.
Ef 5, 25-27), por eso se convierte a su vez en misterio (cf. Ef 3, 9-11).
Contemplando en ella el misterio, san Pablo escribe: el misterio "es
Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria" (Col 1, 27).
En
la Iglesia esta comunión de los hombres con Dios por "la caridad que no
pasará jamás"(1 Co 13, 8) es la finalidad que ordena todo lo que en ella
es medio sacramental ligado a este mundo que pasa «Su estructura está
totalmente ordenada a la santidad de los miembros de Cristo. Y la santidad se
aprecia en función del "gran misterio" en el que la Esposa responde
con el don del amor al don del Esposo». María nos precede a todos en la
santidad que es el misterio de la Iglesia como la "Esposa sin mancha ni
arruga" (Ef 5, 27). Por eso la dimensión mariana de la Iglesia precede a
su dimensión petrina"
La Iglesia, sacramento universal de
la salvación
La
palabra griega mysterion ha sido traducida en latín por dos términos: mysterium
y sacramentum. En la interpretación posterior, el término sacramentum expresa
mejor el signo visible de la realidad oculta de la salvación, indicada por el
término mysterium. En este sentido, Cristo es Él mismo el Misterio de la
salvación: Non est enim aliud Dei mysterium, nisi Christus ("No hay otro
misterio de Dios fuera de Cristo". La obra salvífica de su humanidad santa
y santificante es el sacramento de la salvación que se manifiesta y actúa en
los sacramentos de la Iglesia (que las Iglesias de Oriente llaman también
"los santos Misterios"). Los siete sacramentos son los signos y los
instrumentos mediante los cuales el Espíritu Santo distribuye la gracia de
Cristo, que es la Cabeza, en la Iglesia que es su Cuerpo. La Iglesia contiene,
por tanto, y comunica la gracia invisible que ella significa. En este sentido
analógico ella es llamada "sacramento".
"La
Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión
íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano "(LG 1): Ser el
sacramento de la unión íntima de los hombres con Dios es el primer fin de la
Iglesia. Como la comunión de los hombres radica en la unión con Dios, la
Iglesia es también el sacramento de la unidad del género humano. Esta unidad ya
está comenzada en ella porque reúne hombres "de toda nación, raza, pueblo
y lengua" (Ap 7, 9); al mismo tiempo, la Iglesia es "signo e
instrumento" de la plena realización de esta unidad que aún está por
venir.
Como
sacramento, la Iglesia es instrumento de Cristo. Ella es asumida por Cristo
"como instrumento de redención universal", "sacramento universal
de salvación, por medio del cual Cristo "manifiesta y realiza al mismo
tiempo el misterio del amor de Dios al hombre" (GS 45, 1). Ella "es
el proyecto visible del amor de Dios hacia la humanidad" que quiere
"que todo el género humano forme un único Pueblo de Dios, se una en un
único Cuerpo de Cristo, se coedifique en un único templo del Espíritu
Santo"
Resumen
La
palabra "Iglesia" significa "convocación". Designa la
asamblea de aquellos a quienes convoca la palabra de Dios para formar el Pueblo
de Dios y que, alimentados con el Cuerpo de Cristo, se convierten ellos mismos
en Cuerpo de Cristo.
La
Iglesia es a la vez camino y término del designio de Dios: prefigurada en la
creación, preparada en la Antigua Alianza, fundada por las palabras y las obras
de Jesucristo, realizada por su Cruz redentora y su Resurrección, se manifiesta
como misterio de salvación por la efusión del Espíritu Santo. Quedará consumada
en la gloria del cielo como asamblea de todos los redimidos de la tierra (cf.
Ap 14,4).
La
Iglesia es a la vez visible y espiritual, sociedad jerárquica y Cuerpo Místico
de Cristo. Es una, formada por un doble elemento humano y divino. Ahí está su
Misterio que sólo la fe puede aceptar.
La
Iglesia es, en este mundo, el sacramento de la salvación, el signo y el
instrumento de la comunión con Dios y entre los hombres.
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